¿Cómo mejorar la concentración trabajando en casa?
Tips de concentración
Tips de concentración
Los espacios y su orden, la comida y sus nutrientes, el trabajar pero también hacer pausas, son algunas de las múltiples maneras en las que la concentración se puede ver afectada.
realizar un ejercicio a la vez
Es posiblemente el ejercicio más sencillo. En lugar de contestar un email mientras atiendes una llamada telefónica, debes acostumbrarte a enfocar tu atención en una tarea concreta y no pasar a otra hasta que la hayas terminado.
Tan fácil como coger un libro o un periódico y comenzar a contar las palabras de un párrafo largo. También se puede hacer con los números del cuaderno de matemáticas de tu hijo, no importa la fuente. Este ejercicio de concentración es ideal para hacer una pausa y lograr dirigir tu mente a futuras tareas.
Si notas que la ansiedad está bloqueando tu mente prueba a sentarte un rato, tranquilizarte y empezar a hacer respiraciones profundas, sintiendo el palpitar de tu corazón y el aire que circula por todo tu cuerpo, ¡los resultados te sorprenderán!
Aunque suene un poco paradójico, a veces no hay nada mejor que distraer la mente durante unos minutos, para luego volver a tomar las tareas principales mucho más descansado y concentrado.
Se trata de lograr la concentración plena escuchándote a ti mismo durante unos pocos minutos. Meditando conseguirás recuperar esa claridad mental que los quehaceres diarios te han hecho perder durante la jornada.
Sentarte durante unos minutos, sin hacer movimientos de ningún tipo es otra práctica excelente de relajación.
Puedes entrenar tu atención mediante ejercicios como sopas de letras y crucigramas. La atención es como un músculo y, si lo ejercitas adecuadamente, conseguirás que funcione mejor durante más tiempo.
“Recordar” es sinónimo de ejercitar la mente. Por lo tanto, no estaría nada mal que al despertar o antes de ir a dormir recordaras con mucho detalle el último viaje de vacaciones o aquella reunión familiar que tanto disfrutaste; sobre todo, momentos agradables que potenciarán tu concentración de forma positiva.
El ejercicio físico, por muy sencillo que sea, mejora la capacidad de concentración y de memoria. Además, oxigena el cerebro para que este pueda retener mayor información a lo largo del día.
Antes de finalizar tu jornada es recomendable recordar aquellos momentos y actividades del día en donde te sentiste productivo. Podrás repetirlo al día siguiente y esto se convertirá en un hábito que rendirá frutos a tu concentración.
A todos estos ejercicios, súmale un poco de agua: el agua tiene la capacidad de limpiar, oxigenar e hidratar tu cuerpo para rendir en cualquier tarea que te propongas. Este líquido vital hace que la memoria sea aguda y mejora el rendimiento cognitivo.
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